Como sabéis, estamos hablando estos días del otoño, y al salir el tema de la golondrina, Pedro se acordó que en su casa tenía un cuento cuya protagonista era este animal, así que al otro día nos lo trajo.
"A Sofía le gusta el olor a tierra mojada, los besos de mamá y cantar las canciones que le enseña el mochuelo Braileto. Braileto es su profe de ruidos y olores porque Sofía tiene los ojitos ciegos."
Así que una vez leíd0 el cuento, que gustó mucho a los niños/as, pasamos a la acción; se me ocurrió que podíamos hacer recorridos con los ojos vendados y contando los pasos para poder guiarnos en el espacio y así llegar hasta nuestro destino: coger una caja de construcciones. Nos dimos cuenta que cuando no tenemos los ojos tapados damos los pasos más largos y cuando tenemos los ojos vendados, nos sentimos inseguros y damos los pasos más cortos.
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